Sindicato de los Trabajadores de las Telecomunicaciones . Personeria Gremial 1809
jueves, 20 de diciembre de 2018
jueves, 13 de diciembre de 2018
miércoles, 12 de diciembre de 2018
martes, 11 de diciembre de 2018
miércoles, 5 de diciembre de 2018
UNICEF : El 48% de los niños argentinos son pobres...
miércoles, 31 de octubre de 2018
jueves, 18 de octubre de 2018
martes, 31 de julio de 2018
Whatsapp habilita las llamadas y videoconferencias grupales
Cómo funcionan
jueves, 26 de julio de 2018
martes, 24 de julio de 2018
TELEFÓNICA impugnó la FUSIÓN de Cablevisión con Telecom
jueves, 19 de julio de 2018
miércoles, 18 de julio de 2018
Por amplísima mayoría fue aprobada la propuesta de la MUS (17.07.2018)
El plenario de delegados aprobó, por amplísima mayoría, el acuerdo salarial propuesto por la Mesa de Unidad Sindical (MUS). Con el mandato de los compañeros Telefónicos de cada uno de los edificios y oficinas, se aprobó el aumento salarial que logró 240 votos positivos, 16 negativos y 7 abstenciones.
De esa manera, quedó refrendado lo que hasta entonces era un preacuerdo y que se ubica en la cima de los logros paritarios del movimiento obrero, rompiendo el techo impuesto por el Gobierno de Mauricio Macri.
El acuerdo se compone de dos tramos, el primero del 16,5% con el sueldo de julio, más el 10% en enero próximo, sumado al pago de $28.083 por el Día del Trabajador Telefónico, por lo que para los compañeros que perciben los haberes de las categorías más bajas, el incremento alcanza el 28%.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=18&v=OO5aDYzn2GQ
lunes, 16 de julio de 2018
viernes, 13 de julio de 2018
jueves, 12 de julio de 2018
Las Telecomunicaciones atraen la inversión externa
sábado, 7 de julio de 2018
CABLEVISIÓN - TELECOM: Denuncian al funcionario que aprobó la fusión
Antes de asumir en el Gobierno, Esteban Greco habría asesorado desde el sector privado a ambas empresas. Diputados piden la nulidad de la medida.
jueves, 5 de julio de 2018
jueves, 28 de junio de 2018
viernes, 22 de junio de 2018
martes, 19 de junio de 2018
SALARIOS: Los últimos pedidos de La Mesa de Unidad Sindical (del 35% en 2011 al 28% de 2017)
(2011) 35% .Los Telefónicos piden un %35 de recomposición salarial
(2012) 31.5% Los Telefónicos van por un 31.5% de Aumento salarial
(2013) 30% Comunicado de la Mesa de Unidad Sindical . 30%
(2014) 32.5% PLENARIO de Delegados del 2 de junio (mensaje en la web de FOETRA)
(2015) 35% Comunicado de la Mesa de Unidad Sindical de las Telecomunicaciones
(2016) 39% y un Bono Alimentario es la propuesta de la Mesa de Unidad Sindical
(2017) 28% Comunicado de la Mesa de Unidad Sindical de las Telecomunicaciones
lunes, 18 de junio de 2018
Compañero OSVALDO CASTELNUOVO
martes, 29 de mayo de 2018
Festejamos el Día del Telefónico con premios increíbles
Para celebrar el 70° Aniversario del Día del Trabajador Telefónico sorteamos importantes premios en los que participan todos los compañeros activos y jubilados.
El sorteo se realizará ante escribano público, el miércoles 30 de mayo a las 16 horas en nuestro auditorio, Hipólito Yrigoyen 3171 CABA. Los afiliados y convencionados serán divididos en 12 grupos, 9 de Activos, 2 Móviles y 1 de Jubilados para realizar el sorteo.
Todos participan del sorteo del primer premio que es un VW Gol Trend 0KM y los gastos de patentamiento corren por cuenta del gremio.
Para el segundo lugar se sortearán 12 Smart TV de 50 pulgadas, 1 por cada grupo.
Para el tercer premio hay 12 Play Station 4, 1 por cada grupo.
El cuarto premio 12 Smart TV de 32 pulgadas, 1 por cada grupo.
Hay 36 tablets para el quinto lugar, 3 por cada grupo.
El último premio son 60 parlantes inalámbricos Bluetooth, 5 por cada grupo de compañeros.
¡ACERCATE AL SINDICATO Y VIVÍ ESTE MOMENTO EMOCIONANTE!
https://www.facebook.com/SoyTelefonico/
jueves, 24 de mayo de 2018
miércoles, 16 de mayo de 2018
[Jornadas] Capacitación con gran participación y satisfacción
Capacitación con gran participación y satisfacción
Con gran participación de compañeros las Primeras Jornadas de Diagnóstico y Perspectiva de las Telecomunicaciones se desarrollaron lunes y martes en nuestra sede gremial [FOETRA].
Tanto expositores como los compañeros que conformaron el auditorio, mostraron su satisfacción por el desarrollo del evento, que mostró la actualidad de las telecomunicaciones en el país y el mundo.
La unanimidad de los presentes, coincidió en que las exposiciones fueron "excelentes" y se nutrieron de gran información de mucha utilidad para sus trabajos y para transmitírsela al resto de los compañeros.
Si participaste y querés revivir las jornadas, ingresá en nuestra sección Bajá Tu Foto y descargá todas las imágenes en tus dispositivos.
domingo, 13 de mayo de 2018
Jornadas de Diagnóstico y Perspectiva de las Telecomunicaciones
El lunes y martes próximos te esperamos en nuestro auditorio para que conozcas en profundidad lo que pasa hoy en nuestro país y en el mundo con las telecomunicaciones. Aprovechá estas dos jornadas de capacitación que brinda FOETRA para todos los trabajadores telefónicos.
Sabemos que la capacitación es una herramienta fundamental en el trabajo de todos los telefónicos y estas dos jornadas de Diagnóstico y Perspectiva de las Telecomunicaciones, son una oportunidad inigualable que tenés al alcance de tu mano, en forma libre y gratuita.
Los compañeros telefónicos de todas las áreas están invitados a capacitarse y disfrutar de estos encuentros que contarán con 10 expositores especialistas en diversos temas de las telecomunicaciones.
¡No te lo podes perder!
Te esperamos el próximo lunes 14 y el martes 15 de mayo de 16 a 20 horas en el auditorio de nuestra sede gremial Hipólito Yrigoyen 3171 Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
martes, 1 de mayo de 2018
1º de mayo de 1890: La Recoleta fue sede de la primera conmemoración del Día del Trabajador en la Argentina
Cuando un grupo de exiliados políticos alemanes, perseguidos por el gobierno de Bismarck, se radicaron en Argentina fundaron, el 1 de enero de 1882, un club socialista al que bautizaron "Verein Vorwärts", que significa "unidos adelante". Establecieron su sede en la entonces calle Comercio (hoy Humberto I) 880 de la ciudad de Buenos Aires y comenzaron una intensa actividad en defensa de los derechos del trabajador.
En 1890, gobernaba el país Miguel Juárez Celman, quien venía jaqueado por una crisis económica que había cortado con años de bonanza. Un colapso financiero, producto de la emisión de papel moneda sin respaldo, el haber tomado un empréstito que gravaba las rentas de aduana, la restricción del crédito por parte de los bancos, las sequías en el campo, entre otros problemas, hizo que el dinero escasease, que subieran la tasa de interés y que se desplomaran los valores bursátiles. La Revolución del Parque, que estalló el 26 de julio de ese año, derrotada en la acción pero triunfante en lo político, sellaría la suerte del mandatario cordobés y terminaría renunciando al mes siguiente.
Nuestro país fue destino de una importante corriente inmigratoria. Según lo destaca Gino Germani, entre 1857 y 1914 se radicaron en Argentina, en forma permanente, más de dos millones de inmigrantes. Estos fueron decisivos a la hora de la organización de clase obrera, quienes trajeron del Viejo Mundo el método para hacer funcionar un sindicato
En ese panorama Vorwärts decidió, en 1890 -de acuerdo a las directivas del Congreso Obrero Internacional celebrado en París- conmemorar, en todos los países, la fecha del 1 de mayo. La denominaron "fiesta internacional de obreros". La celebración sería el puntapié inicial de la creación de una federación de obreros en el país y de la edición de un periódico.
Jornada de 8 horas
El manifiesto que dieron a conocer revelaba sus objetivos: lograr una jornada laboral de 8 horas para los adultos, la prohibición de trabajar a menores de 14 años, la abolición del trabajo nocturno (salvo en los casos en que la producción no pudiera discontinuarse), la prohibición del trabajo de la mujer, el descanso no interrumpido de 36 horas por semana, la prohibición a aquellas industrias que perjudiquen la salud del trabajador, la supresión del trabajo a destajo y por subasta y la inspección minuciosa de -por parte del Estado y de los propios obreros- fábricas y talleres. Reclamaba que todas estas disposiciones se implementasen a través de leyes de alcance internacional.
Y el manifiesto finalizaba con un "¡Viva el 1 de mayo de 1890! ¡Viva la Emancipación Social!"
Todos a Recoleta
¿Dónde celebrar el 1 de mayo? Después de analizar distintos lugares, se contrató el Prado Español, situado en la avenida Quintana, entre Junín y Ayacucho, en Recoleta, cuyas características urbanísticas estaban muy lejos de las que hoy conocemos. Era un barrio peligroso para transitar, con muchos baldíos, lleno de matones y de gente buscada por la justicia, que usaban los rancheríos para ocultarse. En ese ambiente, pululaban cafés y bailongos de medio pelo.
El Prado Español era un predio al aire libre, donde se desarrollaban distintas actividades públicas. Era célebre por sus romerías y especialmente por haber sido el primer lugar donde se permitió bailar el tango a parejas compuestas por un hombre y una mujer, porque el tango sólo se bailaba a escondidas o entre hombres. Era escenario milonguero, donde se armaban verdaderos campeonatos sobre quién sabía bailarlo mejor. Y, como es de suponerse, más de una velada terminaba con dos guapos batiéndose a duelo de cuchillo.
Con el correr de los años, la mayoría de las familias pudientes del centro de la ciudad habían comenzado a construir sus mansiones en Recoleta, escapando del flagelo de la fiebre amarilla, de 1871, y el devenir de los años hizo que el barrio dejase de ser referente de boliches de dudosa reputación.
En Vorwärts eran previsores: en caso de lluvia, el acto se haría en el local de Comercio 880. El día anterior, en plena pegatina de carteles convocando al acto, tres militantes fueron detenidos por unas horas.
El jueves 1 de mayo de 1890, a las tres de la tarde, comenzó el acto, con una asistencia calculada entre 1500 y 2000 personas, una cifra nada desdeñable para la época. El orden lo cuidó el comisario García, de la comisaría 15ª, secundado por dos oficiales y quince vigilantes.
Hubo cerca de 18 oradores, muchos de ellos extranjeros, entre ellos alemanes, franceses, italianos y españoles. Jacinto Oddone, dirigente socialista, historiador del movimiento obrero argentino, realizó una reseña de la que tomamos sólo algunos conceptos:
– Diario La Nación: "…había en la reunión poquísimos argentinos, de lo que nos alegramos mucho…"
– Diario La Prensa: "El presidente, señor Winiger, abrió la asamblea pronunciando un oportuno y elocuente discurso que sentimos no publicar por falta de espacio…"
Las crónicas calificaban a los dirigentes de "polilla humana", y que si se accedía a las pretensiones de la clase trabajadora, las empresas se verían en la obligación de cerrar sus fábricas y radicarse en otros países.
Como en los días anteriores la patronal había advertido que se descontaría el día de trabajo a aquellos que faltasen por ir al acto, y en muchos casos se los despediría, se abrió una colecta para auxiliar a todos aquellos que les alcanzaran semejantes sanciones. Se lograría recaudar 120 pesos.
Cuando a las cinco y media la concurrencia se desconcentró, fueron a festejar en el local de Vorwärts, donde bailaron y cantaron hasta bien avanzada la madrugada.
Todas las peticiones señaladas más arriba fueron elevadas a la Cámara de Diputados para su discusión, cosa que el cuerpo nunca trató. En agosto de 1892 el expediente fue archivado.
Uno de los resultados del mitin, fue la decisión de editar un periódico, que se llamaría "El Obrero". Saldría por primera vez el 12 de diciembre de 1890. Entre sus principales colaboradores estaba Germán Avé Lallemant. Por 1870, este ingeniero alemán había llegado a la Argentina y terminaría radicándose en San Luis en la búsqueda de oro y petróleo. Fue el primero en usar dinamita en Argentina.
Y posiblemente, como en la vida nada es casual, en 1872 se casaría con Enriqueta Lucero, quien pasaría a la historia como la protagonista de la primera huelga docente que hubo en el país, en noviembre de 1881, quien tuvo la osadía de desafiar, desde San Luis, al funcionario a cargo de Educación: Domingo F. Sarmiento, Superintendente de Escuelas
© Adrián Pignatelli
martes, 24 de abril de 2018
domingo, 15 de abril de 2018
1968: el año en que cambió el mundo / Beatriz Sarlo
Las calles de París fueron tomadas por estudiantes que desafiaron la autoridad de sus padres y maestros. Los efectos que aún perduran de consignas como "Prohibido prohibir".
De Gaulle fue, durante la Segunda Guerra, implacable enemigo de Alemania. En 1962, De Gaulle, ya presidente de Francia, y el canciller alemán Konrad Adenauer, compartieron una ceremonia de reconciliación. El mundo se asombraba con el "milagro alemán". Francia crecía al 5 por ciento anual. Los años de la posguerra hasta comienzos de los setenta se llamaron los "treinta gloriosos": modernización, pleno empleo, seguridad social. El ensayista Edgar Morin se preguntaba entonces: "¿Hasta qué punto nuestra sociedad va en camino de parecerse a la norteamericana?"
Nada parecía anunciar los acontecimientos de mayo de 1968.No se originaron en los sindicatos ni en el Partido Comunista, de fuerte representación obrera. El mayo francés comenzó donde no se lo esperaba, y sus protagonistas fueron nuevos.
Desde 1967, en Italia y Alemania, los estudiantes comenzaron a ocupar las sedes universitarias. Por todas partes se sucedían manifestaciones contra la intervención militar norteamericana en Vietnam. En noviembre de 1967, 300.000 personas se manifestaron contra la guerra por las calles de Washington. Poco después, un amigo norteamericano, joven periodista, me contó que había marchado. Lo envidié tanto como admiré su largo abrigo negro, muy de época. En California, la universidad de Berkeley, y en Nueva York la de Columbia, fueron campos de movilización y activismo. Veinte años después, mi amable vecina de Berkeley evocaba esas épocas que ella sintetizaba como "violencia, marihuana y gente a medio vestir". Apenas si pude disimular que me habría gustado estar allí. En febrero de 1968, un dirigente de los Black Panthers pronunció en Oakland, California, un discurso desafiante y definitivo: "Hoy no hablaré de política; ni de economía; hablaremos de la supervivencia de una raza".
Casi en simultáneo, en Berlín, Rudi Dutschke, bello y carismático líder de los estudiantes, exponía la línea general: "Hoy el Parlamento no es el lugar de decisión política; las decisiones se toman en los acuerdos entre los burócratas de los ministerios y las grandes empresas. El Parlamento se limita a aprobarlos".
En abril, los estudiantes checos se movilizaron en Praga contra el gobierno llamado "socialista" y lo pusieron en jaque durante meses, hasta que los tanques de la URSS y sus aliados dieron fin a las luchas democráticas. En ese mismo abril, Rudi Dutschke avanzaba en bicicleta por una gran avenida céntrica y recibió varios tiros; una foto muestra su bicicleta tirada en la vereda. Los disparos no fueron tan eficaces como los que asesinaron, en esos mismos días, a Martin Luther King. En todas partes algo estaba sucediendo.
Terminaban los "treinta años gloriosos". Los estudiantes franceses despreciaban la mediocre sociedad que habían construido sus padres. Despreciaban el Citroën 2CV, la quincena de vacaciones, el televisor y las compras en cuotas. Se sentían extranjeros en el mundo de la pequeña burguesía ordenada, repetitiva, conservadora (votara a quien votara). Por eso, mayo fue una revolución simbólica contra las jerarquías familiares, institucionales y académicas; contra la autoridad; contra una sociedad satisfecha y banal. Por eso, mayo fue una revolución simbólica contra las jerarquías familiares, institucionales y académicas; contra la autoridad; contra una sociedad satisfecha y banal.
Los estudiantes no tienen un programa, pero saben contra lo que protestan. No quieren que el futuro sea una versión del presente de sus propios padres; ni quieren parecerse a sus profesores, que se comportan como mandarines y ejercen el saber con despótica superioridad. Rechazan el modelo cultural que viene junto con el modelo económico del capitalismo. Buscan nuevas identidades. A la imagen ordenada del obrero o del empleado cuyas vidas han sido disciplinadas por el trabajo y por la experiencia de la pobreza en los años de guerra. Al horizonte monótono que promete la jubilación y, como premio, vacaciones en el Mediterráneo, los estudiantes de estas familias tradicionales, de derecha o izquierda, oponen un mundo nuevo: el reino de la libertad en lugar de la esclavitud del bienestar en cuotas. No quedó escrito sobre los muros de Paris, pero hubiera podido ser una de las consignas: "Los Citroën 2CV son latas repugnantes".
Frente a los adultos que cultivan el ideal pequeño-burgués de los buenos modales, la ordenada rutina, el camino del mérito, y el respeto por las instituciones escolares, los jóvenes rechazan exactamente eso. Están furiosos porque se les pide que se acomoden a un mundo que ellos ni desean ni valoran. Sus padres lo construyeron y cumplieron un objetivo. Ellos nacieron allí dentro y perciben sus límites. Se niegan a repetir la rutina de sus mayores y no quieren hundirse en la gelatina social que los ha convertido en espectadores.
Los más intelectuales de estos jóvenes probablemente hayan leído papeles de la Internacional Situacionista y sobre todo hayan oído hablar de un libro: La sociedad del espectáculo, publicado por Guy Debord en 1967. Más que lo hipotéticamente aprendido en Debord (o en Marcuse), conocen las consignas que los sintetizan: gozar sin límites como oposición a una sociedad capitalista definida por los medios. "Forma y contenido del espectáculo son la idéntica y total justificación de las condiciones y fines del sistema existente". El sopor mediático es la droga más poderosa del capitalismo que los jóvenes impugnan.
Mayo es el mes de la palabra salvaje, liberada de las normas académicas que (vale la pena recordar) eran muy fuertes en Francia. El lugar común sobre mayo de 1968 son sus consignas, como "Prohibido prohibir" o "La imaginación al poder" (ver las que acompañan a esta nota). Y las grandes manifestaciones empiezan con discursos. Se trata, digámoslo de una vez, de una minoría movilizada. Pero esa minoría alcanza varias decenas de miles.
Todo comenzó en Nanterre, una nueva sede de La Sorbona, rodeada de barrios pobres, donde las construcciones inacabadas albergaban un flujo y reflujo permanente de estudiantes. Uno de ellos todavía escucha la palabra grève, huelga, como una especie de tema sonoro. En enero de 1968, Daniel Cohn-Bendit (hoy eurodiputado de tendencia ecologista en el Parlamento Europeo) interpeló en Nanterre al ministro de Juventud y Deporte que había llegado de visita para inaugurar una piscina. La escena es una síntesis de lo que sucederá en los meses siguientes. Cohn-Bendit le dijo al ministro que, en el libro que este había escrito sobre la juventud, no se mencionaba la sexualidad. El ministro le contestó: "Si usted tiene problemas de ese tipo, puede tirarse a esta piscina para tranquilizarse".
Ni el dirigente estudiantil ni el ministro podían entenderse porque no hablaban la misma lengua. El férreo sistema educativo francés y sus reglas de cortesía se habían fracturado. El intercambio entre el estudiante y el ministro era inaudito (de una parte y de la otra, por cierto). El sistema universitario francés ocupaba, todavía en enero de 1968, una catedral con sus jerarquías y sus rituales. Todo eso cayó como si las piedras centenarias comenzaran a pulverizarse. Un estudiante de historia hoy recuerda haber participado (el 14 de marzo) en la primera manifestación de su vida. Fue un desfile ordenado por el barrio del Odéon, con sus viejas fachadas que, al estudiante de historia de Nanterre, le evocaban las ilustraciones de los manuales sobre las jornadas democráticas de 1848, que abrieron el camino a la república.
La noche del 10 de mayo fue la primera gran noche de barricadas. Miles de manifestantes aprendieron muy rápidamente las técnicas de la lucha en la calle, y desafiaron al mundo con el grito: "Somos un grupúsculo". Durante un mes, París vibró noche y día. Las consignas escritas sobre los muros fueron una gran performance poética y política. Los estudiantes continuaban una larga historia. No solo la revolución democrática de 1848 y la Comuna de 1871, sino la revolución francesa había comenzado con la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789. Los tres grandes momentos de masas insurrectas quedaban unidos. Los estudiantes franceses reclamaban la herencia revolucionaria, incluso sin saber del todo que formaban parte de una línea histórica. Roland Barthes propuso la comparación más eficaz: mayo fue la "toma de la palabra". Los estudiantes franceses representaban la herencia insurreccional.
En La Sorbona, Jean Paul Sartre habló frente a una sala repleta. Por primera vez, lo tutearon y lo llamaron por su nombre de pila, que ninguno de sus amigos usaba: "A ver, Jean Paul, hazlo un poco más corto…" Todo estaba cambiando. Y, escándalo mayúsculo para la industria del cine, Jean-Luc Godard, François Truffaut y Louis Malle provocaron la clausura anticipada del festival de Cannes. Consideraban que el cine y el reparto de premios daba la espalda a lo que estaba sucediendo. El 17 de mayo. los cineastas leyeron su comunicado. Y, uniendo la acción a la palabra, Godard y Truffaut entraron a la sala del festival y se colgaron del telón para cubrir la pantalla donde se estaba proyectando un film de Saura. El mundo parecía acercarse a los deseos.
Todo está atravesado por una velocidad desconocida. El 10 y el 11 de junio fueron los dos últimos días. Los precedió la muerte de un estudiante de secundaria. El lugar donde cayó ese muchacho prueba que la lucha ya había desbordado los barrios universitarios y llegado muy cerca de las fábricas. El 10 de junio, la policía mató a tiros a un obrero e hirió a varios. La insurrección estudiantil había alcanzado las fábricas, donde se movilizaron los militantes sindicales y políticos más avezados.
Después de asambleas y discusiones, los sindicatos confluyeron a las manifestaciones de estudiantes; los profesores entraron en huelga. La pirámide jerárquica de la sociedad francesa se agrietó en pocas semanas. Maoístas, anarquistas, trotskistas, comunistas (pese a la oposición del Partido), discutieron estrategias y se acusaron mutuamente de torpeza o de indecisión. La historia rodaba hacia adelante.
Francia pareció estar al borde de una guerra. El escritor André Malraux, ministro de Cultura de De Gaulle, dijo: "Los huelguistas no estaban armados. Las manifestaciones conducían a la guerra civil, pero no la creaban. Fue como el ensayo general de un drama que mostraba, a los huelguistas y a quienes los observaban, la conciencia del final de un mundo".
Sin embargo, De Gaulle, a punto de caer en un vacío político que pondría fin a la Francia de posguerra, contraatacó.
El 30 de mayo, las fuerzas de seguridad ya han limpiado las calles, mientras De Gaulle anuncia por radio y ante el parlamento no su renuncia, sino nuevas elecciones. Durante las semanas siguientes se arrestó a estudiantes y obreros. Los sindicatos levantaron las huelgas. Mayo 1968, de todas formas, dejó su marca.
¿Esto fue todo? No. Todo fue dar la palabra y ejercerla. Las consecuencias de la insurrección estudiantil ocuparon la década siguiente.
En 1973 se fundó Libération, el diario que hasta hoy sigue publicándose. En el grupo fundador está Sartre, que en 1968 ya había vendido por las calles, junto a Godard y Simone de Beauvoir, el periódico La cause du peuple, que llevaba, en la tapa, la efigie de Mao. El manifiesto que reúne a ese grupo sostiene: "Ha llegado la hora de ayudar al pueblo a tomar la palabra. Desde 1968, comenzaron a hablar las paredes de las ciudades y de las fábricas; y circularon las hojas cotidianas pero efímeras, donde el pueblo habló directamente al pueblo… El redactor servil del periodismo, para enterarse de las cosas, conversa con un diputado o con un funcionario ministerial. El periodista deLibération, hablará con la gente, jóvenes y viejos, con los miembros de los comités de lucha, con los que habitan viviendas precarias, con los consumidores".
Mayo francés, nuevo público, nuevo periodismo. Cambió el lenguaje y, cuando el lenguaje es diferente, también lo son las ideas. Por eso, también cambió la universidad.
Episodio porteño. En mayo de 1968, el semanario Primera Plana, informó que el artista Roberto Plate exponía en el Instituto Di Tella una cabina cuyas puertas eran las de un baño público. Yo, aprendiz de periodista radial, llegué al Di Tella, sobre la calle Florida, en el momento en que la Policía estaba clausurando todo porque los visitantes habían entrado al baño y escrito en sus paredes frases que se consideraron políticas y obscenas. La Argentina estaba gobernada por el general Onganía.
Meses después, alguien me asignó la tarea de repartir unos volantes con la inscripción "Tucumán Arde" (foto). Retiré mis volantes en la CGT de los Argentinos, que dirigía Raimundo Ongaro y cuyo diario escribía Rodolfo Walsh. Mientras pegaba los volantes en los parabrisas de los autos, admiraba su estética pop. La instalación "Tucumán arde", cuyas enormes fotografías ocupaban la escalera y las paredes de la CGT, fue armada por artistas porteños y rosarinos. Repartir los volantes en noviembre de 1968 me convenció de que estaba participando.
Hoy me sorprende la contemporaneidad de esos artistas con lo que, en esas mismas semanas, estaba sucediendo en Francia. Un pequeño mayo argentino replicaba el francés. Nuestro mayo sucedería, en grande, al año siguiente, en 1969. Se llamó el Cordobazo.
15.04.2018